La escritora Care Santos ganó el premio Nadal 2017 por esta novela, Media vida.
Estamos en 1950. Las protagonistas de la misma son cinco chicas de alrededor de quince años. Por diversas razones (falta de alguno de los padres o despreocupación de éstos) han de permanecer en un colegio de pago durante el verano. A una de esas chicas, Julia, la tienen recogida las monjas y le hacen pagar su estancia trabajando como criada de las demás. Hay también un niño grande, un tontito, que ayuda en algunas tareas y que las monjas tienen medio recluido en un cuartucho no se sabe muy bien por qué.
Un día juegan a las prendas. Como mandan los cánones ninguna puede negarse a hacer lo que le toca. Entonces ocurren cosas que acabarán teniendo un significado en sus vidas pero que en ese momento no tendrán ocasión de saber.
Eso nos cuenta la autora en el primer capítulo. En los siguientes nos enteramos de lo que va siendo la vida posterior de cada una de las cinco amigas. Mientras tanto en España se van produciendo una serie de cambios impensables poco antes, como la ley del divorcio.
Sucede que treinta años después de haberse conocido se juntan de nuevo. Mientras esperan que llegue la que falta, las demás deciden jugar de nuevo a las prendas. Esta vez les toca contestar a preguntas, algunas muy incómodas. El alcohol y una serie de circunstancias rocambolescas harán que se sinceren sobre sus vidas y sus relaciones de pareja. Pero todavía tendrán que revivir, ya todas juntas, los acontecimientos del pasado y ajustar las cuentas que cada una tenía consigo misma y con las demás.
Se nota la maestría de Care Santos en la creación de los personajes y en la arquitectura de la novela, aunque a veces da la impresión de que abusa un poco de coincidencias y casualidades que, sin embargo, no dejan de ser verosímiles consideradas aisladamente. La autora consigue trasladar a una gran novela para adultos esa precisión y claridad expositiva en las que ella es experta como especialista en literatura infantil y juvenil.